Todo este despliegue obedece al cambio de estrategia que la compañía nórdica ha puesto en marcha. La gente no sabía qué es lo que iba a suceder. Un enorme reloj descontaba las horas y los minutos que faltaban, pero… ¿para qué? Aquí destaca la importancia que la marca está dando al marketing espectacular y las acciones BTL. Dichas acciones le permiten establecer contacto directo con el público, conocer sus impresiones, en una palabra: dialogar en la calle.

Nokia era la marca número uno en móviles, los usuarios querían tener un Nokia: gozaba de una buenísima aceptación y era algo deseado. Gran parte de estos méritos había que atribuirlos a su fácil manejo, sencillo e intuitivo. Pero la realidad es que no supieron interpretar las órdenes del mercado y su adaptación a los cambios resultó ser errática. Dado que se encontraban en esa privilegiada posición de líder, pensaron que apostar por su sistema operativo Symbian les beneficiaría, convirtiéndose así en la referencia. El tiempo ha demostrado que se equivocaban al desatender el mercado de los smartphone.

La alianza de Nokia con Microsoft demuestra ser un buen comienzo. La excelente reputación de uno en el campo del PC, sumado a la experiencia y pasado glorioso del otro en la telefonía móvil, puede hacer que Windows Phone se convierta en una realidad que guste a los consumidores. Siempre hay que tener en cuenta que esa buena reputación se tarda más en ganarla que en perderla, por lo que no deben demorarse más en definirse o reafirmarse.

Tanto Apple, con su sistema operativo IOS, como Google con Android, han inclinado la balanza del mercado a su favor. ¿Podrá sobreponerse Nokia y modificar esta tendencia? ¿Conseguirá mantener su Connecting People?

Cuando una marca consigue una identidad como Nokia hizo en su día, es muy difícil eliminar ese buen recuerdo de la mente del consumidor. Esa ventaja diferencial puede volver a servirle a Nokia como principal apoyo para su recuperación.